Por más de 63 años, deseé sonreír, pero me sentía avergonzada, debido a mis dientes. Nací sin 7 dientes por motivos genéticos. Pueden imaginar los espacios, las soluciones temporales y todos los tratamientos por los que tuve que pasar. Todo esto, se fracturaba a través del tiempo y empezaron a verse grises. Algo común en las persones de mi edad.
Les tomó al Dr. Gil y su grupo 3 meses cambiar mi sonrisa. A mis 64, mi expresión irradia con naturalidad y provoca que la gente con quien comparto, quieran sonreír de vuelta. Mi amigos me preguntan constantemente qué me hice, ¿Por qué me veo tan radiante? Me he dado cuenta de lo mucho que disfruto sonreír, así que incluso ha tenido un efecto en mi disposición y lenguaje corporal. Me siento confiada en cómo luzco, porque sé que me veo mejor. Soy mucho más comunicativa y activa.
¿Quién iba a imaginar que el solo hecho de tener los dientes hermosos cambiaría tanto en mí? Esto fue como comenzar un nuevo capítulo en mi vida, con una nueva yo… siempre la misma, sólo que mejor!
M. Figueres